CREO EN LAS HADAS, YO CREO, SÍ CREO

Campanilla no era mala del todo. A veces
era buena del todo. Pero las hadas son tan pequeñas que sólo tienen espacio para
un sentimiento



viernes, 15 de mayo de 2015

Porque hoy he decidido volver a escribir...

A todos los corazones rotos y a todas las hadas que siguen esperando que alguien crea en ellas:
Aunque no hecho pedazos del todo, que también los hay, somos muchos los que tenemos ya varios parches y tiritas en nuestros corazones. También contamos con diversos arañazos, heridas y moratones que cuesta mucho más que cicatricen que los que nos salen en otras partes del cuerpo. El polvo de hada puede hacer volar pero no puede curar los desperfectos de nuestros corazones. Por todas estas magulladuras, y porque me encanta escribir, he decidido continuar con el blogg que una vez comencé. Además de una forma de desahogarme es una forma de compartir experiencias con quien lo quiera leer y, de esta manera, compartir nuestras penas y alegrías aunque sea tras una pantalla de ordenador, desde el mundo mágico de Nunca Jamás.
Aunque ha estado bastante peor, mi corazón tiene una herida bastante profunda... ya no supura como hace meses pero aún así está bastante lejos de cicatrizar ¿Quién no ha tenido un amor imposible por el que ha dado todo y del que no ha recibido nada? Yo sí lo he tenido, y mucho tiempo. Tampoco puedo ser tan egoísta como para decir que no he recibido nada; creo recordar que alguna vez sí que recibí algo de cariño pero las mentiras y los desprecios han hecho que ese recuerdo quede bastante lejano. Se trataba y se trata de una relación absolutamente tóxica desde sus comienzos. Un "ni contigo ni sin ti" extremo que no ha hecho más que castigarnos y quitarnos el sueño a las dos partes. He de decir que siempre he pensado que yo tuve la culpa; desde el principio me sentí inferior, pequeñita como un hada que siempre vuela al rededor pero, por mucho que lo intente nunca consigue ponerse a la misma altura ¿Nunca os ha pasado? Para mi era estar con alguien al que consideraba tan perfecto que no entendía que hacía con un desastre como yo ¿qué era lo que había visto en una chica tan mediocre? Y como lo pensaba, me lo acabe creyendo y mi luz se fue apagando...Me convertí en una medriocre de verdad y lo peor de todo, dejé de creer en mi misma y comencé a interpretar un papel para ser un un poco más merecedora de su amor (gran error),
Muchos años así, de idas y venidas hacia ningún lugar, hasta que parecía que había acabado. Él encontró a otra que sí parecía merecerlo y yo y mis complejos nos fuimos con la música a otra parte.
Tengo que reconocer que dolió, mucho; muchísimo... En esa época los días iban pasando sin ningún significado. Sólo me recordaban que después vendría la noche...y qué noches; unas noches eternas en las que las pesadillas me acercaban y me alejaban de él al mismo tiempo, eso, cuando conseguía conciliar el sueño durante los minutos necesario para poder llegar a soñar. Sin embargo, con el tiempo, las lágrimas se fueron secando y aunque por las noches seguía con él al cerrar los ojos, los días comenzaron a tener sentido. Comencé a hacer cosas que había olvidado que sabía hacer y poco a poco, y aún con la mirada triste, empezaron a aparecer centelladas de la chica que había sido antes de conocerle y ¿sabéis que? me gustaba.
No se que hubiera pasado si las cosas hubieran seguido su curso normal, quizá esa niña ridícula y risueña que se escondía bajo un disfraz hecho a base de dolor hubiera vuelto a aflorar pero... él tuvo que volver a aparecer para que siguiera escondida, para que no siguiera volando con sus alas de Campanilla que tan loco le volvían... tanto le desconcertaban esas alas y esa mirada ingenua, que solamente los corazones limpios pueden tener, que, cada vez que parecía que volvían a salir, el las aplastaba con un rotundo: "No creo en las hadas". Y así, Campanilla, se volvía a esconder en Nunca Jamás para disfrazarse de una tal Wendy en ese sitio tan frío que los mayores llaman "el mundo real".